Siempre me ha resultado un tanto confusas las medidas que tienen los gobiernos para incentivar el empleo. Ultimamente en España se ha recurrido a dos muy conocidas: dar subvenciones a los contratadores por persona contratada y abaratar el despido.
Yo debo de ser muy tonta, porque no lo entiendo.
En primer lugar lo de las subvenciones: supongo que cada empleador contrará las personas que considere necesarias, o incluso un número inferior. La preocupación de un empresario es que el trabajo salga adelante y si lo hacen tres, pues mejor que cinco. ¿Alguien cree que una empresa contrataría si en algún momento perdiera dinero?. Pero oye, una subvencioncita pues nunca viene mal. En realidad lo que fomenta, es el despido porque si me pagan por cada nuevo contrato, pues cada seis meses contrato a uno nuevo.
La segunda tampoco tiene desperdício: abaratar el despido. Ésta claramente incentiva el despido y no la contratación. Es de sentido común. Pero si ella misma lo dice: "abaratar el DESPIDO".
A mi lo que me llama la atención es que los sindicatos y el gobierno nos lo venden como si fuera la panacea. ¿Son gilipollas o creen que los gilipollas somos nosotros?
Me imagino si a mi madre le hubiera dicho:
-SÍ, ya se que quieres que recoja el cuarto. Pero es que no estoy incentivada. Lo que tienes que hacer es subirme la paga y limpiar tú mi habitación. Y así conseguirás que recoja.
o bien en el trabajo:
-Jefe, ya sé que llevo dos horas tocandome las narices, pero es que no tengo ganas. ¡Ya se! Podría darme una paga extra y mandar que el trabajo lo hiciera Gutierrez. Yo creo que sería la mejor forma de incentivar mi trabajo.
Y mi madre y mi jefe me contestarían lo mismo:
-¿Tú eres gilipollas o te crees que el gilipollas soy yo?
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