lunes, 13 de abril de 2009

ME MOLESTA VERTE...


Trabajar en una fábrica es duro.
Hábeis oido la cancion de Estopa "Pastillas de Freno"; pues es la pura realidad. Como se nota que trabajaron en una, los jodios.
El trabajo es horrible, el ritmo infernal, el ruido es ensordecedor y hay mierda por todos los rincones...
Una vez que se me terminó el contrato y me fuí mi cuerpo tardó en recuperarse dos semanas... mi cerebro tres meses.
El trabajo en la cadena es tan deshumanizante que desde que entras y pones el primer tornillo hasta sales, tu mente huye a esconderse a algún lugar.
Escuchas música, o la radio (con auriculares, aunque está prohibido y el día que hay visita de algún jefe o político los tienes que esconder. ¡Piensa en tus oidos, hombre!. Mis oidos están bien, es mi cerebro el que sufre...). Los descansos no son mucho mejores: tus compañeros más mayores hablan por enésima vez de la jubilación y los más jóvenes de su coche/moto o a cuantas se han ligado o se quieren ligar (verídico).
Silencio, silencio, sólo quiero un poco de silencio...
En esto estabamos cuando unas compañeras descubrimos que al otro lado de una puerta había una zona ajardinada donde estaba Dirección. ¡Aquello era el paraiso!
Todos los días a la hora del descanso para comer (15 minutos) nos quedabamos en el quicio de la puerta sentadas a comer el bocadillo. Estabamos en silencio y el sol nos daba en la cara después de cuatro horas intensivas de luz de fluorescente. A los 12 minutos aproximadamente recogiamos los bartulos y nos volvíamos al ritmo.
Esto ocurrió unas dos semanas hasta que ocurrió lo que penía que pasar: una mañanita salió el director de la factoría del edificio de enfrente y se nos quedó mirando. Nosotras le saludamos, él no se digno contestar. Se lo pensó unos segundos y volvió a entrar en Dirección.
Al dia siguiente se nos comunicó una nueva norma: "Está terminantemente prohibido salir de la nave de fabricación en los tiempos de descanso". Se veía venir. Y es que claro, el pobre director, sin que nadie le avise, ver en el quicio de la puerta tres mujeres vestidas con buzo de trabajo y comiendose el bocadillo... y encima le saludan; una burla seguro... Menos más que llamó al contramaestre y se lo dejó bien claro: esos horribles espectáculos no; si quiero ver monos ya iré al zoo...
Trabajar en una fábrica es duro.

2 comentarios:

Alberto dijo...

qué razón tienes. Durante la uni trabajé en fábricas, sobre todo limpiándolas. Lo peor son las trefiladoras. Cada hora, a 6 euros, me prometía a mi mismo que quería trabajar sentado y con ventana, a poder ser en vaqueros. Lo he conseguido, y te juro que no pienso volver a producción. Ni a limpieza de producción!

MARTA dijo...

Me alegro que salieras de ello. Lo cierto es que la mayoría de la gente no puede imaginarse lo que es trabajar en producción.
Eres mi primer "comentador". Muchas gracias por dedicarme tu tiempo